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jueves, 28 de enero de 2016

La Ruta Templaria

Son las 5 de la tarde, nunca el homo polvorancus regresó tan tarde de su escapada dominical, tendrá que dar explicaciones, ha de ser convincente, hay mucho en juego. Abre la puerta de casa, todo se encuentra en calma, es la hora de la siesta, la hembra del homo polvorancus descansa tras el almuerzo, y la progenie juega tranquilamente en el salón. Llegó el momento, cuidadosamente cierra la puerta y abre la mochila, extrae el bono-bici, está totalmente chamuscado y mustio, nunca había agotado tanto el bono, tembloroso lo pasa por la máquina de fichar. 

De repente, se acaba la tranquilidad, salta la alarma de la casa, las luces  comienzan a encenderse y a apagarse alocadamente, los cajones de los armarios se abren solos,y  al fondo del pasillo se puede ver a la hembra del homo polvorancus, con semblante serio, se ha levantado de un brinco y está plantada con los brazos en jarra, aprieta fuerte en su mano derecha  el cuchillo jamonero, el polvorancus ante la escena,  traga saliva y pide clemencia ¡ ¡ ¡ cariño dejame que te cuente!!!!!  Los niños llorando salen del salón y se encierran tras un portazo cada uno en su habitación. El homo polvorancus temblando como un chiguagua comienza su relato. 



Mira que la mañana empezó fenomenal, los planes iniciales salieron a la perfección, quedada en el punto de reunión de costumbre, una temperatura ideal, acudimos todo el grupo en hora, si parecía que iban a faltar plazas para llevar las bicis,  Jolu se presenta con su furgoneta, hay un problema, el trae una solución,  ideal para el transporte de bicicletas. Cargamos tres bicicletas en el furgón y pusimos rumbo a la Puebla de Montalban en Toledo.

Durante todo el viaje disfrutamos del amanecer, al tomar dirección sur oeste,  la luna llena  nos marcaba el camino mientras que el sol salía a nuestra espalda,  todo un espectáculo.
  

Una vez en la Puebla, comenzamos la ruta,  primero atravesamos su bonita plaza mayor, y tomamos la pista en dirección al Tajo para enganchar con el Camino Natural del Tajo. La zona es húmeda, el Río baja caudaloso y la niebla cubre el paisaje, se va haciendo cada vez mas espesa a medida que avanzamos.  

Rodamos a la vera del Tajo sin apenas verlo hasta la primera parada, el mirador de la Rinconada, es justo la desembocadura del Río Torcón sobre el Tajo, cada vez mas niebla, aunque esta nos oculta el paisaje aquello de rodar sin ver le da un toque misterioso a la ruta. Aun así nos detenemos en el mirador ávidos de fotos para el recuerdo. 



Tomamos la pista que camina paralela al Rio Torcón, este río nos va a servir de guía para llegar a la zona del Castillo de Montalban.



 El camino está salpicado por piedras que adornan el trayecto, y poco a poco nos vamos introduciendo en el cauce del río que forma unos cortados de piedra que nos brindan un paisaje único, piedras húmedas cubiertas de musgo y vegetación abundante.  




Y llega el primer imprevisto, Dcarlos rompe la cadena y el batallón se detiene,  se forma el corrillo reparolotodo, y mientras, Migaego ameniza la espera con su inseparable  camel-bota de vino, con piel de carbono por supuesto, con poderes mágicos, el liquido que contiene nos hace capaces de ver a través de la niebla.






Reanudamos la ruta, pero parece que hemos abandonado el track, en  alguna curva nos salimos y la manada comienza a improvisar,  tan solo el río nos sirve de guía, entre la niebla el grupo avanza disfrutando del paisaje con la visión limitada por la niebla, que no deja ver mas allá.





Por fin, tras unos cuantos sube y bajas, recuperamos el track, y encaramos una bajada de vértigo que nos lleva a un rincón espectacular, un arroyo con  apenas un hilo de agua y tras él una pared , no nos alcanza la vista a ver el final: todos dudamos, Chelero grita “…el track no puede ir por ahí…” pero si, el track si va por ahí. Sin rechistar el batallón aprieta los dientes, toma la bici y empieza la parte de empujabike, que casi nos lleva 2 kilómetros.


Aquí la niebla nos echó una mano, si hubiéramos podido ver el rampón que se escondía detrás de la niebla alguno hubiéramos tirado la toalla, la niebla nos dividió el objetivo por tramos y poco a poco lo conseguimos, bocado a bocado, ya lo dice el refrán, ojos que no ven, piernas que no sienten.



 Sin saberlo en a penas dos kilómetros salvamos una altura casi equivalente a la Torre Picasso de Madrid.

Y vaya que lo hicimos, por fin coronamos y salvamos lo que Biker-nass define como la “chepa del track” pasamos de 460 a 600 metros en apenas 1,5 km, que por su puesto fueron de empujembike, nunca antes el track fue tan severo con el homo polvorancus.



Ya estamos al nivel del Castillo, rodamos casi en llano para verlo justo cuando estábamos a menos de 50 metros, la niebla hace de telón que se abre cuando estamos a escasos metros. Ahí está,  impresionante, por las dimensiones, a pesar de la niebla que nos quiere tapar su silueta,  podemos ver una fortaleza autentica, por los cortados del Río Torcón que hacen de foso de la fortaleza se han desarrollado batallas históricas, en épocas donde no existía la pólvora, de cuerpo a cuerpo, con lanzas, arcos y a hostia limpia, un fallo y se acabó, pasto de los buitres. Por sus ventanas abiertas y sobre su muralla podemos asomarnos al autentico barranco, y aunque la niebla no nos deja verlo bien, imaginamos como se despeñaban infieles barranco abajo. Es un sitio mágico, la mezcla del la silueta del Castillo, con la niebla y con los Templarios lo hace todo mas misterioso.



Tras el momento plátano, el tiento a la bota de vino de Migaego y una breve visita al entorno, aquello empieza a oler a ruta larga, el miedo empieza a rondar las cabezas de algunos homo polvorancus, que a pesar de ser las 12 de la mañana empiezan a llamar a casa, para dejar caer la idea, de que aquello va para rato, un día es un día.








El homo polvorancus ve que a su mujer le está interesando la historia, la ve mas calmada y cree que ha llegado el momento de preguntar por su comida. - ¿Dónde está mi comida cariño?-  Ella,  le señala el rincón de la terraza donde está los cuencos de la comida del perro, el se teme lo peor.

Se levanta y ve que la carne se la ha comido el perro, solo  quedan unos restos de una hierba rara. ¡ ¡ ¡ el cabrón del chucho se ha comido el solomillo y le ha dejado el brocoli !!!!!!!!!!!

Vuelve a sentarse, y prosigue su relato….Apenas 6 km nos separan de la siguiente parada, la ermita de Santa María del Melque, asentada en una antigua población romana fue levantada por los visigodos hacia el año 700, justo antes de la conquista mora. Mas tarde alojó entre sus paredes  a los monjes guerreros, los caballeros templarios, también moradores del Castillo. Hacemos una breve visita, y tomamos pista, ahora la niebla está abriendo y el sol calienta, ya debemos estar cerca de los 15 grados.




Rodando por este paraje disfrutamos del vuelo de varias águilas, conejos y perdices, abundantes, estamos en medio de un coto próspero, con parcelas cubiertas por pasto fresco y verde, el invierno suave que tenemos hace que aquello luzca una estampa única.  Recorremos un tramo de  la cañada real Segoviana, algún arroyo nos puso alguna dificultad, sacamos algo de equilibrio pero el talento vino de la mano de Jolu que nos deleita con unas sorprendentes cubre-botas-cruza-arroyos hasta ahora nunca vistas, y por patentar,  todo un crack.








Nos espera la parte mas rodadora, rodar casi sin piedra y sin desnivel, ningún cartel advertimos que nos  avisara de que nos estábamos metiendo en una propiedad privada:  con el claxon nos lo intentaron comunicar amablemente el mismísimo dueño de aquellos latifundios, por la pinta podría ser el mismísimo heredero del condado de Montalban, acompañado del guardes  no cesaron de perseguirnos con un todo terreno pitando hasta que nos detuvo,   íbamos directos a su morada: nos indicaron educadamente la forma de salir de aquellos terrenos, pero justo en la dirección contraria a la que llevábamos: no se que le hacia pensar a este señor que íbamos a salirnos del track ¡ ¡ ¡ si no pudo un terraplen  !!!





Hubo negociación, sobre la mesa Jolu pone las cartas, o nos deja seguir el track, o nos quedamos en casa del marqués a comer, y somos 9… él tiene la llave….por supuesto, nos dijo la forma de salir de allí, pero eso si, en la dirección que llevábamos, rumbo a las barrancas de Burujon. 
Bordeamos la finca del Borril, espacio protegido para la fauna, y tras un par de rampas fuertes bajando llegamos a una bella finca, con Castillo incluido, habitado esta vez, de bella entrada donde nos reagrupamos y comenzamos a hacer llamadas, desde allí fue desde donde te llamé, serían aproximadamente, las 3 de la tarde.







El homo polvorancus se levanta y va  a la nevera, el comer brócoli le parece un castigo excesivo, toma embutido y una cerveza, y sacia su apetito que a esta hora ya esta disparado.  Ella pregunta ¿y luego? ¿Qué pasó?





Ya se ve el embalse de Castrejon, las barrancas nos esperan, tras una fuerte subida,las fuerzas están mermadas, aunque sin duda las vistas lo compensan, aquel paisaje rojizo te lleva a pensar que estas en el cañon del colorado.








De repente el tiempo se detiene, Timón deja el casco sobre la bici y como a cámara lenta vemos como rueda  desde el sillín y se despeña por el cortado hacia abajo, si ,sin dudarlo  se aventura a recuperar su casco ante la mirada imperterita de los senderistas que se hacen cruces al ver a Timón decidido a recoger el casco barranco abajo.





- Madre mía!!! Yo tenía a Timón como un hombre responsable!!!- dice ella mientras mira al cielo. – Es el actor que siempre hace de poli bueno ¿Verdad?
- Si, ese es,  a todos nos sorprendió.




Y lo consiguió,  rescató el casco y afortunadamente sin lamentar ninguna caída. 
Llegan las fotos finales con el paisaje de fondo y tomamos pista de regreso a la Puebla, aun nos quedaba salvar algún sube y baja potente aderezado con piedra suelta, aquí ya empiezan a flojear las fuerzas, casi salieron 70 km con 1.000 de desnivel acumulado, rompe piernas total.

¿Y quienes fuisteis al final? – pregunta ella. Dcarlos, Biker-nass, Timon, Torrejota, Migaego, Blogger, Chelero, Jolu,  y Sali.

Ella queda pensativa, deja el cuchillo junto al jamón, y recoje el bono bici para ponerlo a cargar. Mirando a los ojos del polvorancus le dice “ te espera una dura semana, no se si dará tiempo a que se cargue el bono para el domingo que viene, depende de ti, pero ves haciendo un hueco para ir a visitar el Castillo y la ermita con las niñas…..yo también quiero verlo….”


Nos vemos en la próxima.



By 3logger.


Texto. 3logger.
fotografia. Sali & Biker-nass & Migaego