La quinta edición cuenta con un incremento de participación respecto a años anteriores. En 2010 la marcha nocturna tuvo 170 participantes y actualmente el número de inscritos asciende a los 250, de los cuales sólo seis son mujeres.
«El sector femenino no simpatiza con este deporte, aunque esperemos que con el tiempo sea mayor el número de mujeres que se animen a pedalear», comenta Juan Antonio García, directivo del club. Los ciclistas proceden de Gévora, Montijo, Jérez de los Caballeros, Bararrota, Quintana de la Serena y el resto de pueblos y pedanías de los alrededores de la comarca oliventina.
El municipio de Badajoz también cuenta con representación en esta actividad deportiva, integrando a más de 40 pacenses que mediante la propulsión humana conocerán el paraje natural que esconde la región.
El itinerario comenzará en Olivenza y transcurrirá hacia el pueblo de San Jorge de Alor, pasando por el pantano de Piedra Aguda, bordeando Valverde de Leganés, el pantano de San Rafael, y San Francisco de Olivenza como broche final a un trayecto de 52 kilómetros.
Además, durante la ruta se realizarán dos descansos en los kilómetros 20 y 40, así como dos paradas para organizar nuevas reagrupaciones en una marcha con un ritmo apacible y un ambiente ajeno a la competitividad y la rivalidad.
El grupo de ciclistas estará protegido por automóviles y motocicletas con dispositivos de señalización. Los caminos también estarán controlados por un vehículo de Cruz Roja, otro de Protección Civil y coches de apoyo para posibles averías mecánicas o la reposición de bicicletas.
La ruta nocturna también recibe la colaboración externa del Ayuntamiento de Olivenza, el cual habilitará unas duchas públicas y proporcionará el albergue municipal con unos precios especiales para hospedar a los ciudadanos foráneos.
El Club Ospelinhas de Olivenza cuenta con unos 100 socios, los cuales tendrán que pagar una cuota de 12 euros por la inscripción frente a los 18 euros que tendrán que abonar el resto de aficionados al ciclismo. Las camisetas conmemorativas, el sorteo de materiales deportivos y la barbacoa posterior a la ruta nocturna, son incentivos añadidos a una actividad deportiva que en ediciones anteriores ha demostrado marchar sobre ruedas.
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