Se propuso la visita al Pardo para esta salida pero no pudo ser. Fue contraproducente adelantar un reto de 80 kilómetros, que lejos de motivar, lo que se consiguió fue, que se crearon nuevas excusas, que si tengo la rueda frenada, que si tengo el buje apretao, que si me duele no se que, en fin, se impuso el no puedo y no hubo ruta al Pardo. Lo dejamos para otro momento.
Es broma, los imprevistos y la cruda realidad se impuseron, pues era cierto, la rueda estaba frenada, de hecho tuvimos que retrasar la salida para desbloquearla, y hay que currar algunos domingos al año, es lo que hay, como decía antes, es la cruda realidad.
Solventadas las incidencias, y a pesar de madrugar, salimos tarde, y en lugar de tirar para el Pardo, salimos hacia el sur; primero Fuenlabrada, Moraleja de Enmedio, Griñón y Arroyomolinos.
Solventadas las incidencias, y a pesar de madrugar, salimos tarde, y en lugar de tirar para el Pardo, salimos hacia el sur; primero Fuenlabrada, Moraleja de Enmedio, Griñón y Arroyomolinos.
La semana pasada fuimos a Boadilla, y esta fuimos a Arroyomolinos, dos ciudades que comparten el haber sufrido durante el boom inmobiliario un crecimiento desmesurado. Si Boadilla tiene monte, Arroyomolinos además de chalets adosados tiene la pista de esquí cubierta mas grande de Europa; los de Granada se parten cuando les dices que hay una pista de nieve en un centro comercial que tiene un kilómetro de largo. ¿Cuantos kilómetros de pista tiene Sierra Nevada? En Arroyomolinos hay 1 km de pista y cientos de locales comerciales; en Granada hay decenas de km de pistas esquiables y apenas unos cuantos locales comerciales.
Sin un objetivo claro cuando salimos, llegamos hasta Arroyomolinos donde Joni nos invitó a un café en una terracita al sol que nos sirvió de paréntesis en una escapada donde a un buen ritmo hicimos cerca de 60 km, con cámara de vídeo incluida.
Javitxu quiere mas marcha, nos estamos quedando pequeños a su lado, él coje fondo, y nosotros no estamos a su altura, y Jonathan sigue sobrao aunque vaya con el disco del freno bloqueado, o con el buje apretado en exceso. Al lado de estos dos yo me hago pequeño, decrezco, pero aprendo, sobretodo este fin de semana en el que el Joni me enseñó a dividir las cuestas en tramos, cambiar y fraccionar los objetivos, algo que hago cada día en mi trabajo y que era incapaz de ver cuando montaba en bici. Gracias Jonathan.
El fin de semana que viene, tendremos nuevas aventuras, ya veremos, lo bueno, seguir superándose.
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