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domingo, 5 de mayo de 2013

Momentos históricos.




Hoy día 2 de Mayo, fiesta de la Comunidad de Madrid, en conmemoración del Levantamiento de los Madrileños contra el invasor Francés, allá por 1808, nos hemos levantado temprano, pero con otras intenciones menos violentas, aunque no menos dolorosas para algunos, pedalear.



A las 8h nos reunimos 7 bikers: GDMONE, KANTOSO, JARKONEN, MIGAEGO, MABUCAR, TOWERS y la incorporación de SUISEKI (Gema) que nos sorprenderá con su fuerza y resistencia, como la de los madrileños de 1808, durante la ruta que se avecinaba.



La hoja de ruta de hoy nos llevará desde Alcorcón hasta el Monasterio de El Escorial, todo un reto para los más blanditos (no diremos nombres), pero en cualquier caso un “rutón” duro, ó moderado como han calificado los máquinas del pelotón, por unos parajes impresionantes.


Salimos a buen ritmo camino de Villaviciosa, esquivando los charcos de las penúltimas lluvias. El terreno está bastante pesado y el barro empieza a hacer mella en las piernas, al atravesar El Bosque.
El almuerzo de hoy ha sido en Brunete. Rápido, porque más adelante haremos más avituallamientos durante la ruta, para reponer las energías que vayan gastándose. Hoy Migaego ha cambiado la bota por un botecito para aligerar el equipaje.


Según vamos avanzando, el temor de los “blanditos” va en aumento. Después de pasar Quijorna, empieza el infierno. Empezamos la ascensión de la “cuesta del Bétago”, el conocido como Mortirolo de Madrid (Mortiruelo en versión Migaego), en homenaje al coloso Alpino.


Largo y duro como apéndice masculino, ha obligado a echar pie a tierra a más de uno (seguiremos sin decir nombres), pero al final lo hemos superado, y hemos seguido hacia las siguientes rampas.
Nueva parada, esta vez en Valdemorillo, histórico municipio, cobijo a la comitiva que portaba los restos mortales del emperador Carlos I camino de nuestro destino final,  conocido hoy por su feria taurina y su clásica de mtb.  


Mabucar ha salido por la tangente, de regreso a casa por asfalto. Obligaciones innegociables. El resto del equipo hemos hecho un nuevo avituallamiento. Kantoso ha tenido la buena idea de comprar unos plátanos en una frutería para reponer potasio.


Ya queda menos, pero las cuestas no paran, con sus pies a tierra correspondientes. Nos vamos acercando a El Escorial, disfrutando de un paisaje impresionante, con la Sierra de Guadarrama nevada aún en Mayo, de fondo del pintoresco cuadro.


Última parada en la 'La silla de Felipe II', pedazo de pedrusco que según las habladurías, aprovechaba el monarca para ver las obras del Monasterio. Foto de rigor, con agradecimiento a nuestra nueva compañera por quedarse 'cuidando' las burras.
Y vamos camino de la meta, bajando rápido  por unos divertidos senderos-trialeras, muy del gusto de Migaego, como no.


Por fin lo tenemos delante, El Monasterio de El Escorial, erigido en conmemoración de la victoria Española en la Batalla de San Quintín y con planta en forma de parrilla, como la que sirvió de martirio al Santo Lorenzo. Afortunadamente, no hemos acabado de forma tan ardiente, pero la paliza no nos la quita ni Dios.
Ya solo queda buscar el transporte de vuelta. Bajamos por las calles adoquinadas en dirección al tren, no sin antes hacer la última parada y fonda para reconfortar nuestros estómagos después del gran esfuerzo, cervezas y bocatas de tortilla y para casa.




En agradecimiento a los maquinas por sus ánimos, y por supuesto a Migaego, por acompañar al poeta en sus subidas a pie.

by towers.

Texto: Towers.
Fotografia. Migaego. 

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