Ruta bar to bar.

Para este fin de semana el destino nos tenía reservado descubrir nuevas sensaciones, bajar la velocidad, subir el desnivel, bajar el sillín, retrasar el centro de la gravedad y aumentar el recorrido de la suspensión, para adentrarnos en los dominios escabrosos del amigo Jarkonen,  nos ponemos en sus manos para conocer el lado oscuro.

Como en la película abierto hasta el amanecer, las criaturas se dan cita en un bar de carretera, para hacer la ruta que empieza y acaba en un bar, eufemismo que utiliza Jarkonen  para hacer atractiva la jornada, la  temperatura es  gélida, el  cielo está encapotado,  no corre el aire, el mercurio no sube de los cero grados.  Acuden Perini, Gdmone, Fjavierg, Elcuri, Jotajoselu, Migaego, blogger y el guia, Jarkonen, que aparece entre la niebla en pantalón corto, el amo del calabozo, el que nos va a llevar hacia el trail to hell, el camino del infierno.

Y comienza la ruta subiendo, nos recibe  una senda que con poca dificultad  sirve para que los cuerpos entren en calor, Jota Joselu tiene un pequeño percance que no le lleva al suelo, pero si a su móvil: le hace una muesca en la pantalla que le servirá para recordar el día que cruzó el limite del bien.

Llegamos al embalse de Navacerrada, estamos aún en el bien, la senda es estrecha con vistas espectaculares a la sierra de Madrid, de fondo Navacerrada, aún con nieve, los bronquios se dilatan, la humedad, el aire serrano y la vegetación oxigenan el aparato respiratorio de la tribu, al completo, a esto no se acostumbra nadie, es mas, yo creo que crea dependencia. Algún arroyo tenemos que cruzar, el brillo del agua en calma con el reflejo de la silueta de la montaña nos ofrece una estampa fotográfica que recordaremos por muchos años.

Cruzamos varias veces por encima del Río Navacerrada, tocamos Becerril de la Sierra, y Moralzarzar,  nos detenemos unos minutos para que Jarkonen nos haga una pequeña demostración y en breve, aquello comienza a empinarse, toca subir al telégrafo. La pista es ancha, firme entero, con algo de piedra, no caben excusas, toca apretar el culo, tirar de riñones y subir. El pelotón se estira, Migaego refunfuña, y mas cuando se entera que el track está trazado con dos subidas al telégrafo, este Jarkonen no tiene corazón.

Nos reagrupamos en un mirador para hacernos la foto de grupo, almuerzo mineralizante rápido, el termómetro no nos da cuartelillo, a pesar de las espectaculares vistas que nos ofrece este balcón serrano, que invitan a quedarse admirando el paisaje,  la temperatura cada vez mas baja nos pone en la ruta de nuevo, no podemos quedarnos frios, hay para llegar al telégrafo, el cerro de cabeza mediana y comenzar la bajada y buscar un sitio mas caliente, nos ponemos en camino  hacia el infierno.

Si las llaves del cielo las tiene San Pedro, las del infierno las custodia Jarkonen, que a la altura del Telégrafo nos da las instrucciones, trucos y maneras, bajar el sillín, y apartarse si algún endurero viene detrás a toda hostia, todo ello con  tono  serio, roza lo solemne, y con voz de ultratumba advierte de los peligros del camino, Migaego saliva profusamente, Elcuri, cuelga la sotana y se muestra ansioso por lanzarse al infierno,  Jotajoselu se pone las rodilleras.  Fjavierg ansioso por bajar, Gdmone y Perini, con pupilas felinas no le quitan la vista a la trialera,  y un servidor hace todo lo que puede para contener los esfínteres, intento disimular mi acojone.

Uno se imagina el camino del infierno lleno de políticos corruptos, fariseos y pecadores, pero no, es un pabajo del copón, con curvas imposibles y pedrolos gigantes, el camino se estrecha, se retuerce como la cola del diablo, la inclinación te obliga a estirar los brazos y tirar para atrás el peso, pierde sentido la rueda de 29" y las vistas se reducen al metro delante de la rueda,  los obstáculos del camino, los giros y los saltos no dan tregua, fijar la vista en el suelo es un imperativo, es un terreno inhóspito, Los frenos protestan, chirrían ante el abuso al que se ven sometidos, las pulsaciones se disparan.  A Migaego le puede el ansia y da con sus huesos contra el firme, que le castiga el hombro, le nubla la vista y apenas puede continuar. El percance pone en alerta al grupo que mide con mas cautela los riesgos,  Jarkonen hace uso de su experiencia y baja como si nada, y un servidor no puede contener mas sus esfínteres, me lo hago encima ante la caída del mito. Migaego no puede terminar la ruta, y busca un bar y da por finalizada la ruta bar to bar.

Al resto nos  toca subir de nuevo al Telégrafo, desde el inframundo,  el mismo infierno,  abandonamos el subsuelo para retornar al mirador donde antes  celebramos en momento plátano, ahora con un miembro menos, el infierno nos lo arrebató.  La pendiente de la subida sirve para redimir nuestros pecados, al grupo  le sobran piernas, el pelotón se estira, Jarkonen y un servidor nos quedamos retrasados, mas despacio, adelantamos a las orugas que en procesión caminan por la pista que sube al telégrafo, orgullosos las miramos por encima del hombro, la oruga procesionaria sube peor que nosotros. Llega el momento de las plegarias,  no volveré a repetirlo,  y suplico clemencia al Señor que se apiada de mi y me da fuerzas para alcanzar el mirador, tomar un pequeño refrigerio, y bajar, eso si, por un cortafuegos repleto de pedrolos. Desde atrás y con las fuerzas casi al limite puedo ver como el Curi rebota contra el suelo y se levanta como si nada, está gozando ante tanta inclemencia.

Y la ruta termina como empezó, en la puerta de un bar, de carretera, tocar el cielo y bajar al infierno es una experiencia dura y exigente, nada cómoda, sufres subiendo, y sufres bajando, no vale con querer, hay que atreverse y además saber, salvar obstáculos con la bicicleta requiere equilibrio, rapidez y agilidad, sin duda todos los ingredientes que garantizan segregar adrenalina y sentir la emoción del riesgo y la velocidad en grandes dosis apto solo para expertos. Como diría Rosendo, maneras de vivir.....





Nos vemos en la próxima.



By Blogger.


Texto Blogger.
Fotografia Elcuri, Blogger Migaego.
Video Elcuri.