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jueves, 12 de octubre de 2017

DONDE NO SE PONE EL SOL.

Este fin de semana la convocatoria del extrarradio toma prestado el track de la prestigiosa marcha “la Ruta Imperial” que cada año se celebra por estas fechas en la zona del Escorial. Para esta cita nos reunimos 5 bikers, Davidb, Torrejota, Timón, Paco y el que escribe para merodear sobre las dos ruedas por la zona que escogió para levantar su morada el que reinó en el imperio donde no se ponía el sol. 


Arrancamos desde el parking del Escorial, el primer tramo pica para arriba, debemos tomar altura hasta llegar al Monasterio, el desnivel ayuda a entrar el calor pues a estas horas y por estas latitudes el termómetro no pasa de los 9 grados centígrados. Torretota ya puede gritar aquello de Je suy homo polvorancus pues, por fin este domingo se enfunda la elástica oficial y luce el mono corporativo. 




El rampón nos recibe de sopetón y rompemos a sudar antes de llegar al Monasterio, nos detenemos unos minutos frente a su imponente fachada monumental para detener el tiempo en una bella foto estampa inicial de este recorrido. 





El track realmente comienza en este punto, tomamos la calle y nos dirigimos hacia el bosque de la herrería, su bajada picada empieza a poner a prueba los frenos de todos, aparecen los primeros ruidos y chirridos. Desde allí una vez que cruzamos la carretera, tomamos la pista asfaltada que nos lleva hasta la silla de Felipe II. 


Cuenta la leyenda que desde este lugar, el rey controlaba las obras del monasterio, nosotros tomamos asiento en el real sitio y sentimos en nuestras carnes lo que cinco siglos atrás experimentó el rey Felipe II, el que mas y el que menos ha reformado su casa y sabe lo dificil que es poner de acuerdo a todos los gremios, nos hacemos cargo pues del tamaño de la empresa, que para levantar aquel coloso las dosis de paciencia tuvieron que ser de dimensiones imperiales: que si el de la ferralla no ha venido, que si los pintores no les queda pintura, que no sabemos por donde iba esa roza, que su mujer dijo que pintáramos de azul y no nos queda, esa no es la teja que acordamos...en fin, un desastre. 



Sobre el asiento desde donde se dirigían las obras, y desde donde , con toda probabilidad, el rey en mas de una ocasión dijera aquello de

-por favor, hagan lo que la reina diga....-

nos hicimos la foto grupal de la semana.



Desde allí pusimos rumbo a Zarzalejo, y después a Robledo de Chavela, una pista sin técnica, rápida nos permite rodar con velocidad, había mono después del empujebike por Valsain de la semana pasada. Antes de llegar a Robledo, una cuesta de fuerte desnivel nos da los picos de pulsaciones de la jornada, reconforta la bajada posterior por una pista llena de roderas y piedra suelta, por momentos peligrosa al pillarnos de bajada y con ganas de rodar. 





Atravesamos robledo de Chavela y encaramos la subida a uno de sus cerros primero por una pista ancha y después por sendero, este nos introduce en un pinar aromatizado por un sinfín de jaras pringosas que tapizan el suelo. 





Nos dimos de bruces con una valla que delimitaba una finca privada y tuvimos que improvisar un tramo de carretera que no llevábamos previsto. Sin mas buscamos sombra para reponer líquidos y sólidos como mandan los canones. 





Sometemos a votación el optar por el recorrido corto o el largo que ofrecieron en el 2015 los organizadores de la marcha, y viendo la hora y los recursos físicos optamos por la larga, por unanimidad, si hay que ir se va, y nosotros fuimos. 





En Zarzalejo tomamos el bucle la opción mas larga, primero nos bajamos una pista larga con final en una trialera pedrolera exigente por tramos, y de regreso a Zarzalejo recuperamos altura por un camino roto y exigente pero suave en la inclinación, una bonita mezcla de subida ligera y cantos que incordian y piden mas al biker. Aun así, como mas tarde matizó Torrejota en la frase que puede ser la frase de la jornada “...este camino es mejor para hacerlo de bajada...como todos los caminos...” y es que por muy bien que se suba, siempre mejor se baja. 






Desde Zarzalejo tomamos la calzada romana, meneamos la cintura entre las piedras, los surcos del agua, siempre de bajada. El bosque de la herrería nos devuelve al punto de partida.






Excelente mañana otoñal repleta de ingredientes sobresalientes, 50 kilometros de recorrido imperial, mucha pista, desnivel y obstáculos para salvar en un trazado exigente con casi los 900 metros de desnivel y una excelente compañía, nunca falla. No pudimos encontrar los tonos ocres de esta estación del año al venir con mucho retraso el otoño y sobretodo sin lluvias. Otra ruta mas que nos metemos en la buchaca y seguimos pensando en mas recorridos para darle la vuelta entera a la sierra de Madrid. 



Palabra de Polvorancus. 





Nos vemos en la próxima.

By 3logger.


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7 comentarios:

  1. Una vez mas, la crónica perfecta para una estupenda jornada de bicicleta. Blogger, la mismísima la reina Ana de Austria te hubiera nombrado cronista oficial del Reino 😉
    Un saludote.

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  2. Gracias por tu tiempo compartido con todos nosotros, como siempre te digo un placer leer tus crónicas

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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