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lunes, 17 de diciembre de 2012

Estirando bajo la lluvia.




Como cada domingo nos reunimos en el punto G, lugar de quedadas,  6 bikers para dirigirnos hacia Griñón, Serranillos, y volver por Móstoles. Pero en esta ocasión, el amo del gps, nuestro guia, y brújula de cada salida, biker-nass nos abandona entregado en los brazos de las típicas cenas navideñas que inundan estas fechas.  Así nos reunimos Raba, Mariano, Lupero, dudu, el inventor del momento plátano, y este que escribe para disfrutar de las vías pecuarias que unen esos puntos.


En el punto G, debatíamos las probabilidades de lluvia, nuestras ganas de montar en bici nos imponían pensar que no iba a llover nada, y que aquello iba a ser una espléndida mañana, de aquellas dignas del disfrute de la bicicleta de montaña. Y así fue, no nos equivocamos nada, fue una esplendida mañana, disfrutamos de la alegría entre las piernas, pero eso si,  bajo la lluvia. Los partes meteorológicos anunciaban que iba a llover poco, solo 0.1 mm, y eso parecía poco; pero el agua siempre empapa.


Tomamos rumbo hacia Loranca, y cruzamos hacia Moraleja de Enmedio; rodamos con viento en contra, y este empujaba una nube oscura, que viene desde Toledo; dicen que las nubes cargan agua en el Tajo, y cuando vienen a Madrid, descargan con fuerza. El chiribiri nos caía pero nosotros seguimos firmes en nuestro empeño de terminar la ruta. Llegamos al monte batres, un amigo biker nos hizo una  foto en grupo, y nos lanzamos por aquella inclinada cuesta abajo, sin arriesgar en demasía, además el aire nos frenaba, nos reagrupamos abajo y tomamos rumbo hacia El Alamo.


En plaza del pueblo, llega el momento plátano, hoy amenizado por las peripecias de su inventor, que nos enseñó como se estira la espalda.  Hubo como un efecto contagioso, y todos nos pusimos a estirarnos. En estos tiempos que corren con tantos recortes no hay nada como ser "un estirao", así que todos a estirar. 



Sacamos nuestros plátanos, higos y barritas, y una vez repuestas las fuerzas, pusimos pies en polvorosa, rumbo a casa, pues "la Mariola" (mujer de armas tomar) puso hora de regreso a nuestro amigo el inventor. Este ya sentía el cosquilleo anterior a una bronca monumental, y a un buen ritmo, y ahora con el viento en popa, y a toda vela, rodamos cómodamente hasta el puente de hierro. El agua que nos había mojado la indumentaria, hizo que nos encogiéramos de nuevo, y nos sobrevino de nuevo  el ansia de los estiramientos, algunos conseguían ya en este punto incluso posturas imposibles, poniendo en riesgo algunos tendones.





 La lluvia no había empapado el terreno, pero otra nube toledana venía pisándonos los talones, así que a rodar, el inventor del momento plátano siente como su mente le pide ritmo, y velocidad por el riesgo que conlleva llegar tarde a casa. Se dispara como si le persiguiera el coyote, y pedalea sin mirar atrás. 




Al final, llegamos a Alcorcón atravesando el centro, pasamos por la plaza del Ayuntamiento en pleno ambiente navideño, Belén gigante incluido, y desde allí al punto G, del que parte el Raba despidiendose hasta el año que viene, en el que nos volverá a  acompañar, una vez que haya venido al mundo su nuevo retoño. Desde aquí la enhorabuena por anticipado.


Al final del post, os subo un vídeo ilustrativo para aquellos que no tengan claro lo del punto G.

Saludos, 









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