A la hora en la que aparecen los primeros rayos de sol por el este de Hoyo de Manzanares, nos dimos cita los tres polvorancus que esta semana
se aventuran en busca de nuevos terrenos en aras a explorar la cuenca alta de
uno de los principales ríos de la comunidad de Madrid, el Manzanares.
Asi pues, en una de las bellas plazas de Hoyo de Manzanares,
esta semana nos ponemos en marcha las dos torres del grupo, Torrejota, Towers, y
el bloguero que os escribe. Seguimos en esta ocasión un track del maestro wikiloco Nano
Flojo, nos hemos acostumbrado a su sello calidad y no queremos arriesgarnos, y
seguimos sus pasos.
El recorrido trascurre por toda la zona sur de la sierra de Hoyo, un perfil de continuo
sube y baja, con senderos y caminos abiertos por roderas y surcos del agua, y
repleto de granito, en ocasiones en grandes losas, y piedras.
Fue salir de Hoyo y adentrarnos en el Monte Ejido y empezar
a gozar de la bondades del descenso con
una pista disfrutona, se alternan encinas y jara, mucha jara que perfuma todo
el recorrido con generosidad.
Un tramo de carretera de unos 100 m detiene el pábajo, pero
que pronto revive de nuevo por una zona que llaman el prado de las monjas, a nuestro paso sin novicias y que en lugar de
dulces y galletas se nos obsequia con
una trialera y un sendero endiablado; le llaman la trialera de Valgrande. La
cosa se pone bien.
Seguimos bajando,
seguimos disfrutando, llegamos a una zona que llaman Cantocohino. rodamos por un perfil de continuo sube y baja
suave que calienta las piernas pero sin quemar, pábajos interruptus que sacia
sin empalagar.
Llegamos a las inmediaciones del Canto del Pico, coronado
por una construcción desde donde al parecer los prismáticos de Franco
alcanzaban a ver sierra y monte del Pardo. No podemos acceder por ser zona
vetada a ciclistas, no por razones políticas, sino razones ecológicas, es zona
protegida, y en recuperación, unos
grandes carteles nos advierten de que aquel que ose a saltarse la norma, será sometido a los rigores del articulo 155. No nos arriesgamos, pues en el
supuesto caso de que estos tres polvorancus, fueran recluidos en Soto de
Real, no confiamos en que nadie se
manifieste a nuestro favor, ni nos presten dinero ni avales para fianzas, y entre nuestras amistades no hay cargos con capacidades para la gestion de indultos; así que optamos por
improvisar, encomendamos la misión al
maestro Towers que tiene a bien sacarnos de aquel entuerto.
Pero nos saca por un parriba, empinado, Torrejota, sabe que
puede, pone empeño, clava la vista en la senda y la sube como un lobo, cada pedalada araña el
firme y gana la partida al desnivel que no es incoveniente: pronto retomamos el
track y divisamos la nueva bajada, otro premio de este domingo soleado. La
jara tiene olor cada vez mas intenso,
los pulmones estan abiertos de par en par, y la temperatura es ideal para el
disfrute de las dos ruedas.
Llega el momento del avituallamiento, atravesamos una zona
conocida en anteriores andanzas, una gran cantera de granito nos trae a la
mente aquellos momentos, recordamos a un
Jarkonen saltando entre los bloques y nos decidimos hacer la parada para hacer
reposición de liquidos y solidos.
El lugar escogido al lado de una especie de
cabaña que nos sirve para inmortalizar el momento para el recuerdo futuro. La
foto grupal de esta semana, multitudinaria, pues ya se sabe que dos son
compañía y tres son multitud. Las dos torres y el bloguero posamos de esta
guisa para que conste así para las generaciones futuras.
Reanudamos la marcha, ante la confianza de que si hasta aquí
hemos rodado de lujo, y vamos muy bien de tiempo, la jornada parece apuntar a
cierre con birra, algo poco habitual en las escapadas serranas del grupo, pero
pronto el desnivel y el cansancio fue bajando la media de velocidad.
El camino de la Navata nos termina poniendo los pies en el
suelo, una pista larga con una inclinación mas que moderada pone los puntos sobre las ies, las fuerzas van mas justas para terminar. Nos queda atravesar un pinar, refrescado por
las lluvias recientes que pone un punto aromatico muy recomendable al guiso despues
de tanta jara. Pino serrano.
De repente la vegetación se abre, desaparece el pino y nos
vemos en las inmediaciones de dos grandes cerros, Cerro Lechuza y Cerro del
Covacho. El paisaje granitico nos lleva a un rincón en el que nos lo imaginamos
con la naturaleza trabajando al 100% con arroyos y cascadas y chorros, que en
estos momentos por la sequía no podemos ver en directo, habrá que venir cuando
las precipitaciones hagan presencia en el lugar.
Para ver aquel espectaculo el track no puede evitar dos
tramos pedroleros con tramos imposibles de ciclar incluso para el mismisimo
Jarkonen, y no tenemos mas remedio que tirar de empujembike para
salvarlos. Torrejota se atreve a
bajarlos, pues subirlos es misión imposible y nos regala la foto de la jornada.
Un largo descenso nos lleva de nuevo a Hoyo de Manzanares, y
al punto de origen.
Al final fueron cuatro horas de recorrido por una ruta
repleta de recovecos por donde meter la bici, con pistas, caminos trialeros y
senderos , exigentes y explosivos
salpicados de obstaculos que requieren equilibrio y reflejos, pero con opciones para no detener la marcha,
destreza y fuerza que poco a poco vamos tomando en estas rutas, a la par que
seguimos descubriendo nuevos rincones naturales a tan solo unos pocos minutos
de casa.
Palabra de Polvorancus.
Nos vemos en la próxima.
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Muy buena crónica fiera, nos tienes malacostumbrados, no bajes el listón.
ResponderEliminarGracias Jolu, a ver si te animas un dia y hacemos una ruta de tres Torres!!!!
EliminarDos torres y un bloguero, p'abajos interruptus, etc etc, 😀 los dichos y refranes del maestro Blogger nos hacen una vez más disfrutar de la lectura y revivir la hazaña de forma divertida.
ResponderEliminarGracias y hasta pronto.
Gracias Torrejota!!
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