sábado, 24 de diciembre de 2011

hacia el templo de Debod.

nuevo fichaje
Para cerrar el año, esta vez el calendario nos ha impuesto la salida en sábado en lugar del domingo. En teoría íbamos a ser muchos, pero las excusas de ultima hora impidieron que fuéramos todos. Vencidos todos los no "puedos" salimos sobre las 9:00 del Parque Polvoranca rumbo a la casa de campo; hoy con un fichaje nuevo se imponía la prudencia para no quemarlo y conseguir un nuevo aficionado a la bicicleta, al final fue él el que tiró del grupo casi todo el recorrido, sobretodo a la vuelta, no es la primera vez que sucede, vienen de humildes y nos machacan. 

una sombra alargada
El sol estaba bajo, las sobras eran alargadas, mucho frío, ese sol no calienta,  y el suelo está helado, pero poco a poco según iba subiendo el sol, subía la temperatura. Aunque al comienzo de la mañana la temperatura era de -2ºC, al no haber nubes al final tuvimos un gran día de mountainbike, o mejor dicho de ciclismo urbano. 
Con el suelo escarchado llegamos hasta la casa de campo, sombría y mas helada aún, pero al llevar los músculos calientes, la atravesamos rápidamente hasta la explanada del Rey.
desde el puente de los franceses
Desde allí, giramos a la izquierda, y bordeando el río Manzanares llegamos hasta el puente de los franceses y desde allí por el paseo del pintor  rosales subimos hasta el templo de Debod, donde hubo avituallamiento y sesión fotográfica.
El templo de Debod está situado al oeste de la Plaza de España, sobre el monte de Principe Pio, donde se dieron los fusilamientos que fueron motivo del famoso cuadro de Goya, el cual está enterrado muy próximo a este monte, en la ermita de San Antonio de la Florida. En este monte, además estuvo ubicado el cuartel de la montaña, donde se dio un episodio dramático de la historia reciente de España. 
Hoy no queda resto de aquel cuartel, destruido en la guerra civil, y ahora  es destino turístico desde donde se disfrutan de estas ruinas egipcias, y de unas preciosas vistas de Madrid. 
Visitamos este lugar histórico, y artístico, y desde allí de regreso a casa, nos la jugamos bajando por la cuesta de San Vicente entre el tráfico, y luego por la casa de campo, ya mas caliente, de regreso por la venta de la rubia hasta Alcorcón.






Además hubo pinchazos, pájaras, en fin, una aventura que cierra este año, habiendo quemado unas cuantas calorías que nos dan licencia para celebrar la nochebuena en familia sin limites en las calorías ingeridas. 
Feliz Navidad.  





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