lunes, 30 de enero de 2012

1.500 ciclistas de montaña en la clásica de Valdemorillo

La XXI marcha de mountain bike popular de Valdemorillo se celebró este domingo con la participación de 1.500 ciclistas por la Sierra. Las sendas y la naturaleza han sido el contexto de una marcha que ha contado con un primer tramo de 35 kilómetros y un segundo de 13 kilómetros más (48 kilómetros en total) para los participantes más experimentados.
Esta prueba, organizada por Last Lap con la colaboración de Ducross, cuenta con un dispositivo de avituallamiento a lo largo del recorrido para atender las necesidades de los bikers.
Esta carrera que nació como una de las pruebas del calendario de la Copa de España de MTB, ha ido evolucionando hasta convertirse desde hace ya siete años en una de las pruebas populares con más solera y más número de bikers reúne.
Los más pequeños tomaron la salida justo después de los mayores. Pedalearon por un circuito cerrado preparado para la ocasión. A todos los niños se les entregó una medalla y un regalo por participar.
La XXI Clásica de Valdemorillo inaugurará el I circuito 'MTB 4 Estaciones', un circuito consistente en cuatro pruebas que coinciden con cada una de los cuatro periodos del año. La siguiente prueba del circuito será la 'Ruta de los Vinos', en mayo en San Martín de Valdeiglesias. En verano, llegará el momento de la tercera prueba. Será dentro del programa del XII Festibike, la gran feria activa de la bicicleta. Un nuevo recorrido, con principio y fin en Las Rozas nos enseñará las sendas y caminos más escondidos de la sierra noroeste de Madrid.
Para terminar, en el otoño será la última de las marchas: 'La Ruta Imperial', que celebra su tercer año en San Lorenzo de El Escorial con un recorrido muy técnico y exigente. Las carreras se complementarán con diferentes concursos, sorteos y un maillot oficial para aquellos que consigan completar las cuatro pruebas.

domingo, 22 de enero de 2012

Subida al monte de Batres.

Este domingo, nos reunimos como siempre a primera hora en el parque. Desde los primeros instantes había algo que hacía presagiar que el día iba a ser movidito, como luego fue, uno de aquellos días que pone a prueba la asertividad de cualquiera. Nos pusimos a prueba en todos los sentidos, pero sobretodo psicologicamente. 
Tinieblas.

No habíamos andado 10 kilómetros y ya habiamos cambiado dos ruedas, los abrojos, los clavos y demás artilugios punzantes se cebaron con la rueda de Javi, y cambió dos cámaras. 

Enseguida, subió la temperatura, y la verdad es que hizo un día explendido, con un sol  que deshizo rapidamente la escarcha del suelo. Un buen ritmo, y una agradable conversación, centrada en las caracteristicas y componentes de  la nueva "máquina" que se ha comprado David, un pedazo de bicicleta que  le va a   impedir poner excusas para justificar  que no llega el primero.

foto panorámica del Rio Guadarrama.

Desde el parque Polvoranca salimos hacia Fuenlabrada, Loranca, Moraleja de Enmedio, y Móstoles.  Nos cruzamos con muchos cazadores, esta vez, cuadrillas de galgos, yo creo que había mas galgos que liebres para cazar, nunca vi ningún mérito en cazar en la selva marrón (entre Móstoles y Alcorcón), cazar animales atrapados entre las moles del sur de Madrid, que para escapar de los ojeadores, y los ciclistas se ven obligados a coger el metro, o ser adoptados como animal domestico en uno de los múltiples chalets que delimitan estos cotos urbanos.
 Cruzamos la nacional V y llegamos al Parque Coimbra cruzando colinas y cerros que nos obligaban a cambios de ritmo, forzar y recuperar de una forma mas intensa de lo habitual.  Cruzamos el puente de Hierro del Río Guadarrama  para luego bajar paralelos al Rio Guadarrama hasta la bajada del monte de Batres.  Hay llegó el reto; subida de varios kilómetros de pendiente que pone a prueba musculos, respiración y la mente.  Es mi primera toma de contacto con esta subida. Para mi siempre fue la bajada del monte de Batres, pero hoy fue al revés, la subida al monte de Batres. No llegue bien, los excesos del sabado noche estaban pasando factura, pero hasta aquí, me defendí dignamente.

Este que escribe le pegó un pajarón que no levantó cabeza hasta llegar a su casa. Ni siquiera las gominolas adulteradas de David levantaron los niveles de azucar, irrecuperable, la sensación horrible de querer dar pedales y no sentir las piernas, me llevó a la tesitura de plantear otras soluciones. A la altura de Moraleja de Enmedio, abatido, tiro de telefono para ver si alguien me puede rescatar de aquello y no retrasar mas al grupo. Pero no; mis recursos no están disponibles, y no pueden acudir a mi rescate. No hay mas remedio que continuar hasta la primera boca de metro.
Hasta Loranca, cambiamos otra rueda, en fin un día accidentado en el que sobrepasamos los 50 kilómetros con cambios de ritmos, y una buena media a pesar de los imprevistos. La lección aprendida, hay que dormir bien y cenar bien si quieres estar a la altura de las circunstancias. Nada de alcohol, y muchos hidratos.
La proxima salida será mejor, y además de tener la lección aprendida estrenaremos la nueva "máquina" de David, y los pedales automáticos de Tomás.