domingo, 22 de enero de 2012

Subida al monte de Batres.

Este domingo, nos reunimos como siempre a primera hora en el parque. Desde los primeros instantes había algo que hacía presagiar que el día iba a ser movidito, como luego fue, uno de aquellos días que pone a prueba la asertividad de cualquiera. Nos pusimos a prueba en todos los sentidos, pero sobretodo psicologicamente. 
Tinieblas.

No habíamos andado 10 kilómetros y ya habiamos cambiado dos ruedas, los abrojos, los clavos y demás artilugios punzantes se cebaron con la rueda de Javi, y cambió dos cámaras. 

Enseguida, subió la temperatura, y la verdad es que hizo un día explendido, con un sol  que deshizo rapidamente la escarcha del suelo. Un buen ritmo, y una agradable conversación, centrada en las caracteristicas y componentes de  la nueva "máquina" que se ha comprado David, un pedazo de bicicleta que  le va a   impedir poner excusas para justificar  que no llega el primero.

foto panorámica del Rio Guadarrama.

Desde el parque Polvoranca salimos hacia Fuenlabrada, Loranca, Moraleja de Enmedio, y Móstoles.  Nos cruzamos con muchos cazadores, esta vez, cuadrillas de galgos, yo creo que había mas galgos que liebres para cazar, nunca vi ningún mérito en cazar en la selva marrón (entre Móstoles y Alcorcón), cazar animales atrapados entre las moles del sur de Madrid, que para escapar de los ojeadores, y los ciclistas se ven obligados a coger el metro, o ser adoptados como animal domestico en uno de los múltiples chalets que delimitan estos cotos urbanos.
 Cruzamos la nacional V y llegamos al Parque Coimbra cruzando colinas y cerros que nos obligaban a cambios de ritmo, forzar y recuperar de una forma mas intensa de lo habitual.  Cruzamos el puente de Hierro del Río Guadarrama  para luego bajar paralelos al Rio Guadarrama hasta la bajada del monte de Batres.  Hay llegó el reto; subida de varios kilómetros de pendiente que pone a prueba musculos, respiración y la mente.  Es mi primera toma de contacto con esta subida. Para mi siempre fue la bajada del monte de Batres, pero hoy fue al revés, la subida al monte de Batres. No llegue bien, los excesos del sabado noche estaban pasando factura, pero hasta aquí, me defendí dignamente.

Este que escribe le pegó un pajarón que no levantó cabeza hasta llegar a su casa. Ni siquiera las gominolas adulteradas de David levantaron los niveles de azucar, irrecuperable, la sensación horrible de querer dar pedales y no sentir las piernas, me llevó a la tesitura de plantear otras soluciones. A la altura de Moraleja de Enmedio, abatido, tiro de telefono para ver si alguien me puede rescatar de aquello y no retrasar mas al grupo. Pero no; mis recursos no están disponibles, y no pueden acudir a mi rescate. No hay mas remedio que continuar hasta la primera boca de metro.
Hasta Loranca, cambiamos otra rueda, en fin un día accidentado en el que sobrepasamos los 50 kilómetros con cambios de ritmos, y una buena media a pesar de los imprevistos. La lección aprendida, hay que dormir bien y cenar bien si quieres estar a la altura de las circunstancias. Nada de alcohol, y muchos hidratos.
La proxima salida será mejor, y además de tener la lección aprendida estrenaremos la nueva "máquina" de David, y los pedales automáticos de Tomás.

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