sábado, 29 de abril de 2017

Subimos por pista...bajamos por sendero.

Uno a uno van llegado al punto de partida, puntuales muestran orgullosos su pasaporte recién estrenado, el destino ha puesto el banderín de salida lejos de casa, atrás quedó Madrid, y  también Toledo, la ruta de esta semana comienza en un lugar de cuyo nombre no quiero acordarme, en la Mancha, mas allá  de los dominios del bonobici, esta semana damos un salto y ponemos rumbo a Puerto Lapice.



El pasaporte da cobertura para irnos a celebrar el día del libro recorriendo los parajes donde se desarrollaron los relatos de uno de los autores universales de la literatura española, nos metemos en el papel de caballeros andantes y nos subimos en nuestras bicis para conocer las estribaciones de los montes de Toledo.






Esta semana buscan la aventura manchega, Towers, Sali, Migaego, Torrejota, blogger, Elcuri, Chelero, Javi y Fran.



Partimos de Puerto Lapice de la mano de los anfitriones, dos caballeros de la Villafranca  toledana, ellos  nos muestran el camino, primero una de sus pistas, recta y llana mancha, con alguna piedra,  suelta las mas veces, nos marcamos un ritmo suave, de no malgastar mucho aliento y así como procede, darnos buena cuenta de nuestras andanzas en semana santa, que por ser tiempo de poco oficio, nos ha permitido a cada uno, vivir sus aventuras a sus maneras fuera del grupo, porque si bien, la semana de pasión son tiempos de procesiones y ayunos, también es menester vivir aventuras propias de caballeros, montar en bici y conocer nuevos lugares.



Poco a poco el terreno se va empinando, al fondo se ven los primeros cerros de estas sierras, a veces toledanas y otras realeñas. Los anfitriones, manchegos donde los haya, avisan de que el trazado sube por pista y baja por sendero, y tras pasar cerca de un árbol centenario, nos encontramos con la primera cerca con cartel de aviso de precaución por rececho de ciervos. Avisados estamos todos los presentes, de toda condición, que  entramos en terrenos de ciervos y jabalíes, animales de paz, si no se ven acorralados, pues son conocidas ocasiones que envisten sin mucho miramiento, y  con no muy buenas intenciones.




El paisaje empieza a cambiar, el primer camino cabalga sobre siembra, algún tractor se apropia del camino público, y ara y siembra camino de todos, para ofensa y deshonor público, pues es sabido que las tierras de Castilla tienen espacio libre para circular cuan caballero andante desee conocerlos; nosotros rodamos sobre siembra para adentrarnos en aquel bello paraje. La pista nos empieza a castigar las piernas, la temperatura empieza a subir,  las primeras subidas nos meten el calor en el cuerpo.





En una de las reagrupaciones tuvimos la aparición de un caballero de la orden de los Jarkonen, un endurero provisto con  casco integral, montado sobre rocín  que nos dio indicaciones para aproximarnos al lado obscuro y buscar bajadas picadas. Pero el Curi, que es caballero de esos que no cambian fácil de parecer, tenaz se   mantuvo en sus 13, escuchó los consejos del endurero, quizás para seguirlos en  ocasión distinta, pero el track es el track, y seguro de sí, no se baja del burro.



Bajamos pronto lo que  tanto había costado subir, Migaego ya empieza a ver con malos ojos tanto parriba, es de justicia recordar, que aunque lleva el escudo de la legión en su ADN, no da por  buenos tanto penar con subidas innecesarias.


 Pero no era este el día de su fortuna, y su desdicha se hace mayor cuando en  un despiste, los que van delante  nos encararon  con un alto de un cerro, subida por pista como ya nos habían advertido,  que dejaba a nuestro lado unas vistas impresionantes sobre el valle. Si no subes, no lo ves. 



Coronamos el Vasto, que así llaman aquel cerro los del lugar,  y mientras nos reagrupamos,  pues el desnivel desfizo la caravana como siempre es menester, dos parejas de buitres vienen a sobrevolar sobre nuestras cabezas, no sabemos si aventurando algún cadáver tras aquellas rampas peliagudas, o al olor del tupper de chorizos que escondía el Curi en la mochila, o el picante embutido que Torrejota mostraba sin pudor en su espalda, pues bien, estos carroñeros no hacen distingos entre chorizo picante o al vino, pues ambos son carne ya muerta, como ellos prefieren de siempre por sustento.








Tras las fotos tomamos camino hacia abajo, muy rápido, que bien merecidos lo teníamos,  no solo Migaego, sino toda la compañía, y con final interrumpido por una segunda valla, sin alternativas no tuvimos más remedio que saltarla,  con mayor o menor destreza, pues el brinco del vallado, no es habitual en nuestras desventuras, si bien la mancha siempre pone a prueba la  destreza de caballeros, para desfacer entuertos y proseguir con nuestras andanzas. Contamos con el permiso de los guías, que conocedores del terreno dicen ser habitual el salto del vallas y paramentos, no conocen caso de caballero que dispuesto a conocer aquellas lindes hubiera encontrado paso abierto.




Aprovechamos este momento de acrobacias para hacer más fotos, y tras una bajada de vértigo tomamos el primer sendero para que así se cumplieran las palabras del Curi, bajamos por sendero sinuoso dándole  al cuerpo la merecida recompensa como es menester y justicia.




Tras tanta curva, y tanto frenesí, con la iglesia nos hemos topao, y llegamos a la ermita de  Valdehierro,  Madridejos, en plenos preparativos de la próxima romería a primeros de Mayo, recién encalada y con zócalo en añil, como mandan los cánones del lugar. 



Rodeada de una zona de merenderos, nosotros tomamos lugar de una de las mesas, para sacar el mantel y reponer los nutrientes que habíamos perdido de camino,  y alguno más: sobre el mantel chorizo del que pica y queso manchego cortesía de Torrejota, chorizo de la suegra del Curi, pan de horno de pueblo, recien,  con su miga y todo ello regado con vino de la ya famosa bota tubeless de Migaego.  De postre Mistela, para endulzar y alimentar el alma de hidalgos aventureros,  pues no es solo cuestión de hambres en aventuras y hazañas, los intestinos requieren, y eso es por siempre, alimentos liquidos para poder enfrentarse a las desventuras que  la fortuna y que por las cosas del destino vinieren.








El éxito estaba garantizado, Chelero hizo una bendición previa de la mesa, y tras sus palabras nos propusimos no dejar ni una miga de pan de vuelta, pues el vientre clama con ardor de carencias que ya no le corresponden.  Y así fue. Tanto alimento en exceso va a acabar con nuestra triste figura, pues estas viandas no corresponden a caballeros andantes, pues los doctores con autoridad en estas y otras materias que se le parecen, recomiendan geles y barritas mas propias de caballeros andantes.





Volvemos a tomar las riendas de  las bicis dispuestos a liquidar el último tramo de ruta, nos acercamos a Puerto Lapice por pista, bajo los efectos de la mistela podemos ver  a lo lejos unos gigantes con grandes brazos amenazantes, pero que no consiguen amedrentarnos y nos vamos directos a por ellos.






Tras  las fotos de rigor a los pies de los gigantes, que en realidad eran molinos tras la batalla que nos supuso llegar hasta su lugar, el anfitrión, fiel al lema de la mañana, advierte que queda lo mejor de la ruta, y una vez concluida la subida por pista, era ocasión de bajar  por senda, como fue menester, nos descolgamos por una senda disfrutona rodeados de jaras en flor con un olor mas propio de bellas doncellas, que de un paraje como aquel.





Aunque el aroma y el paisaje era de lujo, la senda se hizo dura por momentos, el trazado por la falda del cerro sobre el que estaban los molinos era caprichoso y subía y bajaba según su propio criterio, y no entendía de lamentos, vinieran de donde vinieran. El chorizo y la mistela no colaboran, y el astro rey hace justicia poniendo a cada uno en el lugar donde le corresponde según su forma física, pues no es solo mañana de chorizos y mistela, pues hasta aquellos lugares se va también a emprender hazaña y dar hasta el alma si fuese menester.






Aunque las fuerzas al final parecen que nos abandonan, la idea de que en casa, a cada uno le espera su Dulcinea, bella dama que puede abandonar sus  delicadas formas si el caballero llega tarde de sus aventuras, y recibir a garrotazos al hidalgo, golpes con maña que no existe armadura que libre  de moratones, pues es el demonio el  que se apodere de su alma y arroje a la hoguera y por  siempre, bonobicis y pasaportes, y escoja por ventura no negociar mas permisos para aventuras, ni cerca ni lejos de la morada y ponga en wallapop en venta hasta al propio rocinante. Esa es la idea que nos ayuda a poner entusiasmo en el último tramo.




Al final nos salieron algo más de 40 kilómetros por terrenos ásperos de fuertes contrastes, por el cielo vigilaban  águilas y buitres, por tierra se escondían a nuestro paso ciervos, jabalíes y algún lince despistado, un terreno de olores y sabores intensos, pero sobretodo, fue una ruta preparada con mucho cariño, con el espíritu de  aquellos que te invitan a su casa, te ofrecen lo mejor y además te abren las puertas de par en par.

Y por si fuera poco el asunto, a continuación disfruten del video del Curi, por ir en cabeza de la compañía, da estampas dignas de mención.




Palabra de polvorancus.

Nos vemos en la próxima.

By blogger.





viernes, 7 de abril de 2017

TODOS QUEREMOS MAS!!

Para este domingo la manada pone rumbo a la zona del Atazar para descubrir los dominios de un tal Genaro, personaje misterioso que da nombre a una senda que rodea el embalse y que hasta ahora los homínidos del sur, los primates de la selva marrón, no habían visitado. Esta semana ponemos la pica en El Berrueco.

A la cita acuden   Migaego, Elcuri, Blogger, Torrejota, Jolu, Sali,davfly, David B, Towers…..que madrugadores a fila de dos, parten de la plaza del Berrueco dirección primero al Embalse del Atazar.



La mañana es fresca, apenas un grado sobre cero,  los gps de los tracktoristas están helados, nos cuesta seguir el track que circula paralelo al embalse. Pronto tomamos la primera senda, sinuosa y atrevida nos lleva hasta la  dehesa de Santillana, pica para arriba, el aire sopla en contra, por tramos parece un túnel de viento, lo flequillos se levantan,  el pelo se nos pega a la nuca, nos vamos reagrupando para darnos cobijo unos a otros y subir un poco mejor. La pendiente y el viento hacen que vayamos tomando grado, como el buen mosto,  mientras sube la temperatura llegamos a Siete Iglesias.

 

El paisaje luce en todo su  explendor, las  hojas están cargadas de clorofila primaveral, el verde es intenso, el viento no puede con nosotros, se sube de lujo. Dejamos de lado Navas de Buitrago, y llegamos al puente del Cura. Siete Iglesias y un cura, parece terreno bendito, pero no, la bici de Torrejota se rebela ante tantas bendiciones y pierde un radio…toca improvisar, pero aquí tenemos remedio para todo…en unos minutos reanudamos la marcha. Esto es pan comido.







Despues de las siete Iglesias, vienen las cinco villas, pueblo acogedor que atravesamos en un pis pas, y encaramos un parriba por pista, el viento insiste, un mastin de voz ronca, pastor de un pequeño rebaño de ovejas, sale a nuestro encuentro, ladrador, y afortunadamente, nada mordedor.
Salvado al can, subimos el parriba, cada uno según sus posibilidades, y/o ganas de exprimirse, democracia pura.


Ahora desde arriba sacamos los prismaticos para disfrutar de las vistas, el embalse de Riosequillo, y el casco de Buitrago, medieval,  nos regalan una de las estampas de la ruta: la bajada por la trialera ni te cuento. No da para amortizar la inversión de la tija pija del Curi, pero sirve para calentar y mover la cintura.




Llegamos a Buitrago del Lozoya, para el avituallamiento escogimos una de sus  plazas, dentro de la muralla,  al sol, a refugio del viento, repusimos fuerzas. Sacamos los platanos, las barritas y los bocatas el entorno es monumental, de primer orden; los colmillos están afilados,  empieza a haber ansiedad, no hay rastro del Genaro.



En el momento platano además de  reponer fuerzas, siempre ha servido para el intercambio de ideas, y es donde surgen las mas variopintas aportaciones a la comunidad de los polvorancus. En esta ocasión, en el apartado de “utensilios”, el maestro Towers nos presenta un trípode araña todo-terreno que nos  facilita la vida la hora de la foto grupal.



En el apartado de “ciencia y conocimientos”  El curi nos descubre su método para acertar con la indumentaria a elegir antes de la ruta, siempre condicionada por la condiciones metereologicas.  Su método, combina la tecnología, la astrología y el saber popular. Ante una enorme expectación expone su teroria que consiste en tres fases:

1.- FASE TECNOLOGICA.- En primer lugar se apoya en la tecnología  y con la aplicación de móvil mira la predicción del tiempo en su pueblo, da igual donde sea la ruta, siempre toma como referencia su pueblo. Una vez que sabe el tiempo en su pueblo, se hace una idea de cual es el pronostico metereologico en el punto de la ruta.

2.-FASE ASTROLOGICA.- En esta fase tira de calendario y mira la fecha.

3.- FASE DE SABIDURIA POPULAR Y TOMA DE DECISIONES.- Recuerda el dicho de que le dijeron de pequeño…”hasta el 40 de Mayo no te quites el sayo…” Si es antes del 10 de Junio  va de largo y abrigao hasta las trancas, y si es posterior pues la de verano luciendo pata peluda. Es sencillo, siempre funciona, nunca pasas frio.  



Por su puesto que hubo un momento especial para recordar una ausencia importante, sin duda la noticia de la semana había ocurrido en  Burgos, el corazón del grupo, el amigo Biker-nass nos quiso asustar, sufrió por segundos un colapso del que afortunadamente se repuso quedándose en eso, en  un susto: todos los polvorancus presentes en la ruta lo recordamos y nos alegramos del final feliz, y que con el tiempo podremos contar en nuestras salidas con la presencia de esta pieza imprescindible en el universo de los polvorancus. Un montón de pedaladas compartidas con Biker-nass, ya estamos contando los días que faltan para que vuelva a rodar con el grupo.


Y salimos de Buitrago, tomamos como referencia el curso del rio Lozoya, en paralelo tomamos dirección al Berrueco, atravesamos bellos pinares que rodean  la presa de puentes viejas, y al embalse del Villar. En nada llegamos a Manjirón donde nos espera la senda del Genaro. 





Una delicatesen, salpicada de pedruscos, curvitas sinuosas, disfrutonas, ligeramente pabajo, en algún tramo incluso para arriba…vaya vaya, me gusta….hay que buscar el track entero.  Que pena se acaba….TENEMOS QUE VOLVER ¡!!!!!! Nos supo a poco,  TODOS QUEREMOS MAS!!!!

Nos encontramos detrás una pista, galonada con morlacos, algunos astifinos, para metemos de nuevo en el embalse del Atazar, vaya paisaje….y por pista rápida nos vamos al Berrueco, eso si, tenemos ramales entre las encinas que disparan la sensación de velocidad. Vaya chute…senderil.






Pero para llegar al Berrueco, nos espera un parriba….no lo esperábamos…subir hay que subir, cada uno a su manera…..democracia pura.

El final llega, sin duda una ruta en lo paisajístico insuperable, solomillo del bueno, a unos le gusta la carne mas hecha y a otros al punto,  con pista, con senda, no tanta como esperaban los adictos a la curva, pero sin duda una ruta para repetir.  Para la próxima vez, contamos con  Biker-nass ya con el nuevo dispositivo probado, ese que le va a permitir, ser el de siempre.



Y para ratificar lo escrito aqui van los dos videos de los dos artistas de celuloide, Elcuri y Sali. 







Palabra de polvorancus.

Nos vemos en la próxima.


by BLOGGER.