lunes, 22 de octubre de 2012

Lluvia a la vista....


¿Me tiro o no me tiro?
En la escapada de esta semana hemos progresado bastante, como no podía ser de otra manera, copiando a los deportistas de élite, antes de emprender la aventura, al propio estilo de Felix Baumgartner, consultamos el tiempo una y otra vez, a ver si llueve, sino llueve si, si  llueve no, en fin, al final el pronostico del tiempo decía que iba a llover, y no hubo afluencia de bikers. A si que para no perder el domingo, y en solitario, retomé mi vara, me convertí en el tío de la vara para rodar por las tierras de mi amiga la provincia de Toledo.  Tomo como punto de partida  Navalcarnero, tierra de vino, y caza para salir en dirección hacia Mentrida. Sin gps, a la aventura, solo con mi orientación y con la ayuda de los cazadores que abundaban en la zona, una vez abierta la veda la semana pasada. La bajada desde Navalcarnero hasta Mentrida transcurre con el viento en contra y me lleva primero hasta Villamanta, donde tomo la Cañada Real Segoviana que me lleva en dirección de Valmojado. En uno de los cruces cambio de dirección y para tomar la dirección hacia Mentrida.El terreno lo forman cerros y montes y el camino no transcurre por los valles de los cerros, sino por el propio cerro lo que da una perspectiva muy diferente del paisaje. Ruedo vigilante, con la mano preparada por si tengo que hacer uso de la vara, y varear algún perro de esos que andan sueltos por estas fincas,  pero sin duda el mayor peligro lo representan los numerosos tiros que se oían de los numerosos cazadores a los que los pronósticos de lluvia no les restaron fuerzas para disfrutar del monte.  Hay peligro de algún perdigón perdido.

Con la Vara en la espalda.
Ya en Mentrida, tomo la carretera que la une con Valmojado para buscar un camino hacia Calypo-Fado y después a Navalcarnero, y tras un par de entradas en falso, consigo abrir la ruta hacia mi destino. Y hago entonces la parada para el momento plátano, en solitario añoro a mis compañeros y la hago breve para no enfriarme. Encaro hacia Navalcarnero casi paralelo a la nacional -V.

Al final 54 km que transcurren por caminos sin arena suelta, facilmente rodables, caminos que atraviesan cerros y montes llenos de piezas de caza, vides olivos y encinas. Se nota la presencia cercana del Río Alberche que a estas alturas ya es caudaloso; dejo pendiente para las próximas escapadas el rodar por la Cañada  Real, y seguir bajando hasta Escalona del Alberche disfrutando de la ladera del río.

Por cierto al final, hizo un día explendido, soleado, y la lluvia de la semana, lejos de hacer charcos, aplanó el polvo y lavó el aire, una gozada.

Pasad buena semana.



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