martes, 6 de agosto de 2013

POLVORANCUS SIERRANUS




Esta semana el homo polvorancus decide explorar nuevos parajes, Gdmone nos propone una ruta por la sierra de Madrid y para allá nos vamos 7 bikers decididos a degustar los p´arribas y p´abajos de aquel territorio; towers, lupero, Migaego, Jarkonen, Gdmone, Suiseki y Elcuri.






Quedamos a las 8:30 a los pies del embalse de Navacerrada, nada mas atravesar el embalse nos espera el primer p´abajo inesperado con piedras y trialeras en el que towers estrena su flamante bici con el suelo pedregoso, una caída sin importancia que no nos desmotiva para continuar hacia Becerril donde no sabemos si por culpa del gps, los satélites o Gdmone, damos un par de vueltas sin encontrar el track correcto; continuamos nuestro camino y Gdmone nos hace la propuesta de subir hacia el pico de la maliciosa, intentamos la conquista, pero 500 metros mas arriba nos quedamos towers, Lupero, Migaego y Elcuri a la sombra de una roca, esperando el regreso de la frustrada conquista de Jarkonen, Gdmone y Suiseki.






Continuamos otra vez por nuestro camino, NOOOO, debemos  volver a subir otra vez por donde habíamos bajado, por culpa de los satélites va a ser, ya que el track bueno indicaba 100 metros arriba.



Atravesamos senderos rodeados de jaras y arbustos de monte bajo, todo p´abajo hasta Mataelpino y de allí atravesamos un par de carreteras donde nos increpan unos parecidos a nosotros con unas bicis delgaduchas, los "chupa-asfalto" con todo mi respeto.

En Cerceda a la sombra de unos chopos cogemos fuerzas para la subida que nos espera, pero que creo que nadie sabía realmente como era.




Pasamos Moralzarzal y empezamos a subir hacia Cabeza Mediana, el camino estaba bien acondicionado, una pista entre pinares muy bonito, pero solo eso, la cuesta picaba p´arriba pero bien, en algún tramo subían las pulsaciones a 190, no ponían indicaciones de cuanto te quedaba para llegar, venga p´arriba y venga p´arriba, cada uno a su ritmo.


Lo mejor de llegar a la cumbre fue bajar de la bici y dejar descansar el culo, bueno, tambien las vistas, desde allí se podía divisar hasta El Escorial y el valle los caidos; hay una torre que según Towers nos explicó se utilizaba a modo de defensa y comunicación con otras torres mediante los destellos del sol reflejados en lo hierros situados en la parte alta.



Proseguimos nuestro camino todo p´abajo, aunque este estaba lleno de piedras sueltas, la bajada fue espectacular, el que mas disfrutó fue Migaego que bajo como un rayo.




Mas adelante nos esperaban unas vacas con sus terneros situadas en mitad del camino con lo que fuimos campo a través por miedo a alguna cornada. Cuando enlazamos el camino Migaego se dió cuenta de que había pinchado, reparada la avería, proseguimos atravesando por un estrecho sendero un frondoso pinar, fue donde a Elcuri se quedó bloqueado con la bici y Lupero sin poder evitarlo cayó en unos abundantes pinchos. Lo sacudimos un poco y continuamos hasta la ultima e intensa cuesta donde mas de uno se tuvo que bajar, llegamos ya a nuestro punto de partida con una amplia sonrisa, porque, aunque la ruta se hizo un poco mas dura de lo habitual había merecido la pena ver ese trocito de paisaje de la sierra de Madrid.



by Elcuri.






Texto. Elcuri.
fotografia. Migaego.

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