lunes, 11 de febrero de 2013

Una ruta con forma de bota de vino.


Si los sevillanos no paran  de cantarle a su Guadialquivir, o los de Valladolid se aprovechan del Pisuerga para justificarlo todo, nosotros, que no somos menos, tenemos nuestro Río Guadarrama que nos brinda un paraje que vayas cuando vayas, en cualquier época del año, lo descubres con nuevos ojos, y siempre hay un camino nuevo que explorar y disfrutar, nunca te deja de sorprender. 


Esta semana, la expedición recorrió el triángulo que forman, el punto G de Alcorcón, la urbanización Villafranca del Castillo de Villanueva de la Cañada, y el Parque Coimbra de Móstoles aprovechando que uno de los lados de ese triángulo transcurre paralelo a este afluente del Tajo.


Para ello, el domingo a la hora de costumbre nos dimos cita 11 bikers con Migaego, Lupero, Fernando, el Camuñas, Towers, Sahagun, biker-nass, Biker-geforce, Gdmone, Perini, y el que escribe para recorrer el triángulo del Guadarrama. 
Para ello, atravesamos los terrenos del futuro Eurovegas antes de que las excavadoras de Adelson y compañía nos remuevan las tierras, y empiecen a cambiar las perdices y conejos despistados que viven en la zona, por rascacielos y neones. En el futuro aquello dejará de ser la venta de la Rubia, para pasar a llamarse las rubias en venta. Esperemos que al menos nos dejen un carril bici. 





Cruzamos la carretera que une Boadilla del Monte con Villaviciosa de Odón y buscamos el Guadarrama para subir un tramo de su curso hacia su nacimiento, el monte abantos.  Es un tramo desconocido para nosotros y nos sorprendió con caminos estrechos rodeados de una arboleda que a estas horas se despierta fría, con neblina y charcos aún helados.  A nuestra izquierda según subimos se queda el centro Europeo de astronomia aeroespacial, que con sus grandes antenas, da un toque galáctico al asunto. 



A la altura de la urbanización de lujo de Villafranca del Castillo cambiamos de sentido y empezamos a volver por el otro lado del río, comenzamos a bajar dirección sur esta vez, acompañando al agua, que se desliza dando un abundante caudal. Nos cruzamos con el Rio Aulencia, que proviniente del pantano de Valmayor, en este punto tributa al Guadarrama. Lo cruzamos sin problemas, y dejamos atrás el Castillo que da nombre a la urbanización y nos adentramos en una arboleda para disfrutar del  momento plátano. 









Sacamos los manteles y prestos nos disponemos a recuperar fuerzas, plátanos, bocatas pero la protagonista es la camel-bota de vino de pitarra de Migaego, que con la misma forma que el trazado de la ruta de esta semana, contiene el mejor reconstituyente posible a estas alturas de la ruta. Mas escaso fue el almuerzo de Towers que brillaba por su ausencia, se sometió al estricto régimen del que sale con prisas y se olvida la cartera con los donuts en casa. 









Nos espera un fabuloso paseo hasta llegar a nuestro amigo el puente de hierro de Mostoles, mas sucio que de costumbre, con bolsas de basura arrojadas en la ladera del río esperando que alguien ponga orden en este tramo de un parque regional en teoría protegido. Es en este punto, cuando Towers recibe en su pituitaria el aroma de un fantástico plato de judías con chorizo que le esperaban en algún punto de Móstoles, y sin apenas decir adiós, se despide a la francesa y  desaparece en el horizonte del carril bici de Mostoles; justificada escapada habida cuenta que en el momento plátano salivaba en solitario, sin nada que llevarse a la boca, no fue "la maldita crisi", sino un Alzheimer precoz, el que le dejó sin almuerzo. Estamos seguros de que aprendió la lección, y no le volverá a suceder (lo de olvidarse del tentempié).






Al final, se nos pusieron de nuevo los 60 km y se nos abrieron los ojos a nuevas rutas para seguir descubriendo este río en su curso hacia la sierra de Madrid, la ruta imperial, el Escorial, el pantano de Valmayor, mucha senda por explorar.
Nos vemos en la próxima. 





Ver Alcorcon Villafranca Del Castillo. en un mapa más grande

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