miércoles, 26 de febrero de 2014

¡¡Los recortadores!!

Esta semana los homo polvorancus  se somenten a los recortes y  empatizan con los los tiempos que corren. Hay muchos argumentos que avalan esta idea,  para empezar, esta semana se citan en las inmediaciones de un coso taurino, en una villa taurina por tradición, Valdemorillo, para realizar esta semana un tramo de una clásica del Mountainbike, en versión recortada eso si, esta semana van a seguir el trazado de la clásica de Valdemorillo.



El primer recorte taurino, de maestro, lo da el cocinero, que propone la ruta, la vende, calienta a la grada, la anima y después con gran habilidad no asoma el hocico, esquivando con maestría el reto que él mismo propone.



En el otro lado, muerden el anzuelo, 9 bikers, Antxoa, Jarkonen, Jotajoselu, fjavier, blogger, Elcuri, Javito, Luigi, y Jonas, que valientes plantarán cara a la faena que les espera esta fresca mañana de domingo, aunque soleada, el mercurio no sube de  los 2ªC a la sombra.



Parten en manada los 9 recortadores a  las 9:00h en busca de nuevas sensaciones por un trazado nuevo lejos de sus dominios; dejan atrás la plaza de toros y atraviesan un parque con albero en el suelo, aviso de lo que después vendría y toman la primera pista que los recibe a bocajarro con una imponente rampa. Aunque la pista es ancha, el suelo está roto, con roderas y piedras que imponen el trazado y dificultan la subida;  esta rampa, majestuosa, tensa los músculos de los homo polvorancus que ya desde este punto,  rompen a sudar. Y llega el primer aviso, Javito hace un quiebro y se estampa contra el suelo; no hay consecuencias reseñables, en la conversación de la ruta empiezan las primeras menciones al cocinero, al estar ausente en la ruta de hoy.



Todo lo que sube baja, así que toca el descenso, aunque el firme no ha cambiado, no permite la relajación, no cabe la distracción, cualquier descuido te puede llevar al suelo, no se puede bajar la guardia, tampoco en el p´abajo.  Nos encontramos con el primer arroyo, caudaloso, que salvamos por un puente de piedra. Hasta aquí los pinreles van secos, y todo está en orden. 




A medida que vamos avanzando, el paisaje mejora, el abundante agua alimenta los pastos que se lucen con un verde intenso,  con algún tramo blanquecino de la helada nocturna, y el sol, aunque débil, derrite la capa de hielo fino que brilla y refleja un verde estimulante, y nos brinda un aire fino serrano, al que no estamos acostumbrados. 



Ahora el firme ha cambiado, el track nos lleva por una camino liso, embarrado, por el que nos acompaña un pequeño arroyo, que lo hace resbaladizo, y por el que confiados aumentamos el ritmo de crucero. Las ruedas por tramos patinan, y la pendiente ligera favorece el pedaleo. Bajamos la guardia, y es el momento en el que Antxoa se traga el anzuelo del todo.  En una pequeña bajada, Antxoa con las gafas empañadas no esquiva una honda rodera hecha por el agua abundante de las ultimas lluvias, clavando la rueda delantera y a continuación salta por los aires, cayendo de bruces en el arroyo helado: por su condición de pescado, todas las anchoas respiran por branquias, no hubiera habido mas consecuencias que un chapuzón helado sobre barro serrano, pero a escasos metros le sigue Jarkonen, y su tractor, que no puede evitar pasar por la cabeza de Antxoa una de sus ruedas de  29" y acaban juntos por el suelo.


Las consecuencias, el siguiente recorte, pero esta vez, en la ceja de Antxoa que empieza a sangrar saltando las alarmas del grupo, la sangre no llegó al río, pero si al arroyo,  tiñendo la mañana de rojo.  Gracias al agua helada, y a que la herida no era muy profunda se pudo controlar la hemorragia en pocos minutos. Peor evolución seguía la tibia de Jarkonen que empezó a inflamarse empeorando el aspecto por momentos, y da el tono morado a la mañana. Esto nos obliga a aplicar el siguiente recorte: tenemos que recortar la versión recortada de la clásica de Valdemorillo, y llevar a los heridos hasta los coches y poner rumbo al extremeño a comernos las migas.





Aún así, habíamos recorrido apenas 6 km del trazado, al final hicimos 25 km, con lo cual nos esperan todavía 20 km de ruta recortada. 

Quizás ahora con algo mas de prudencia tras la caída encaramos varios arroyos, que nos obligaron a meter la pierna mas allá del tobillo en el agua gélida de esta parte de la sierra madrileña. 



También nos esperaba un tramo con senda estrecha sinuosa, de esa que le gusta al homo polvorancus, de esas que acaricia con velocidad mientras balancea su trasero rápido, sin apenas frenar. 



También hubo alguna bajada totalmente rota, con grandes piedras, raíces abruptas, y agua mucha agua; puro mountain bike. No faltaron los  caballos, vacas y toros mansos que desde los cercados de las parcelas observaban el paso de los numerosos bikers que allí nos dimos cita.  


Y como no, tramos inundados de agua,  con piedras lisas y finas, y que ponían a prueba el sentido del equilibrio de cada biker.





Al final, aparecimos todos en Valdemorillo,  donde sufrimos el penúltimo recorte, no hubo en esta jornada tiempo para el asueto y la reposición energética, tan centrados íbamos en el retorno que nos ahorramos nuestro momento plátano, regresamos a casa con las mochilas llenas de comida. Nos reservamos energías para hacer frente a la gran embestida que nos esperaba al llegar a casa, con la indumentaria y la bicicleta echas unos zorros, pies mojados, y barro por doquier, y con dos heridos en el parte del día. Sin duda, ahí es donde estaba el riesgo, hubo que hacer un último recorte taurino, apretar el culo, y tirar de cintura para salir airosos y evitar recortes en las próximas salidas, o incluso el recorte de algún genital. Afortunadamente los convalecientes mejoran y el barro eliminado, por lo menos hasta el próximo domingo. 

Nos vemos en la próxima, si te dejan claro. 







By Blogger.

Texto: blogger.
Fotografia. Elcuri, & Jarkonen & Blogger.
Videos. El curi & Jarkonen.

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