Aunque no pudimos quedar todos durante el puente del primero de noviembre, "los cuñaos" hicimos una escapada por las llanuras manchegas. La temperatura acompañaba, así que Tomás y un servidor, salimos por uno de los pocos caminos que no tenemos trillados por aquella zona.
A las 10:00 de la mañana salimos dirección Villanueva de Alcardete, población manchega de unos 3.000 habitantes entre Cabezamesada y Quintanar de la Orden. Se trata de la verdadera mancha, recorrimos los páramos que inspiraron a Cervantes para su obra del Quijote, a Quintanar se le hace referencia directa en el libro, está a pocos kilómetros de la villa donde residía la amada del Quijote, Dulcinea del Toboso.
Desde Cabezamesada salimos hacia Villanueva por terreno llano y camino muy bien cuidado. Se trata de una zona donde las pistas son recorridas a diario por enormes tractores que hacen de apisonadoras y comprimen la tierra y dando un camino duro y fácil de recorrer. Aunque atravesamos algo de monte, la mayoría del terreno al ser llano está dedicado al cultivo de cereal, y sobretodo a la vid, cada vez es mayor el número de cepas emparradas, cada vez mejor uva, y cada vez mejor vino.
Los caminos estaban señalizados, indicando rutas, algo que nos sorprendió, y pudimos disfrutar de una gran cantidad de piezas de caza, es un terreno propicio para ello: abundan liebres conejos y perdices. Algún tiro oímos, y mas de una "cuadrilla" de galgos vimos pasar. También pudimos disfrutar de un gran bando de avutardas, que levantaron vuelo a nuestro paso.
En el camino nos cruzamos con el Río Ciguela, donde paramos a tomar un refrigerio. Quedó pendiente para la próxima ocasión hacer un recorrido por la vega del Ciguela, aunque la explotación agrícola de la zona no deja mucha libertad a la naturaleza. Lo recorreremos y ya veremos.
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