Polvoranca MTB: Semi-crónica de la ruta del 6 de octubre de 2013

Esta semana escribo yo la crónica. Bueno, sólo media crónica, la de la ruta globera por el centro histórico de Madrid; la de la ruta para superhéroes de la Talajara le tocará escribirla a otro...

A las 08:00am, mientras Fernando Alonso comenzaba una vez más una decepcionante carrera, nos citamos en el punto G diez bikers: Towers, blogger, PMF1208, David89, fjavierg2003, Biker-Nass, chelero, elcuri, sahagún, y como estrella invitada... ¡la simpática Atenea26, hija de Biker-Nass! a la que alguno le pedimos que no tire mucho, que ya estamos mayores. Alguno, como el bueno de Sahagún, que ni siente ni padece, vestía de corto, mientras que el resto, más precavidos, nos habíamos puesto la rebequita que nos ha hecho la abu, por eso del frío mañanero (bueno, está bien, rebequita no: unos, los manguitos, otros, camisetas largas; algún otro, la chaqueta gorda de los -10ºC, que daba calor sólo de mirarle y que en seguida se quitó).

Una vez todos reunidos, nos ponemos en marcha hacia nuestro destino: ¡la Fiesta de la bici de Madrid 2013! El inicio del camino, como siempre, sirve para calentar los músculos, que ya se nota el fresquito mañanero, y para acordarnos de los héroes que se han atrevido con la Talajara, y de algún otro que sigue buscando níscalos (Migaego). Se oyen comentarios del partido del Madrid de ayer, alguno aún seguía alucinando con los abdominales de Ronaldo (¡buah, si tampoco es para tanto!)

Bajada hacia la CdC a ritmo tranquilo, la atravesamos un poco más rápido, que la temperatura cerca del Lago baja por momentos, y llegamos a Madrid Río. Primer momento de duda: y ahora, ¿qué? ¿Para dónde tiramos? Y es que el homo polvorancus no está acostumbrado a pisar tanto asfalto, sintiéndose a sus anchas en los pa' arribas y en los pa' abajos. Alguno dice que se sabe un camino muy corto para llegar a Plaza de España y allá que le seguimos todos: ¿paralelo al río? ¿El Puente de los Franceses? ¿El Parque del Oeste? ¡Pues sí que es un buen atajo!

Enseguida salimos a Pintor Rosales, y aquí, como si el tráfico motorizado no fuera con nosotros, nos ponemos todos en el carril de la izquierda, a adelantar coches como Alonso en sus famosas salidas. Los conductores nos miraban como si de bichos raros se tratara (y la verdad es que alguno sí que parecía un bicho raro), hasta que nos damos cuenta que hay que pasar por debajo del puente de la calle Bailén a subir a Plaza de España. Nos cruzamos de lado a lado Bailén, ¡joder, que frenen ellos, que hoy es la fiesta de la bici! Y sanos y salvos llegamos a nuestro punto de enganche con el recorrido oficial.

¡Dios! ¿Qué es esto? ¿De dónde salen tantos bikers? ¿De verdad Orbea y Bh se atreven a decir que hay crisis? Por la Gran Vía bajaban a toda velocidad miles de bikers: grandes y pequeños; ellas y ellos; en grupo y solitarios; en monociclos, en bicicletas, en tándem; la mayoría disfrazados (de bikers, claro). Nadie se atreve a ser el primero en incorporarse a la marcha: ¡Towers, cuidado con el chavalín ese de la bici de ruedas de 12", que te lleva por delante!

Por fin, uno se lanza a la aventura; y detrás de él, otro, y otro, y otro... Ya estamos todos en el mogollón. ¡Oye, si nos perdemos quedamos en el monumento de la Plaza de Castilla! Vamos todos agrupados, envueltos por la masa. Se respira un ambiente festivo: es un gustazo recorrer la calle Princesa sin coches, Alberto Aguilera, la Plaza de Alonso Martínez, Santa Engracia. En la puerta del cuartel de bomberos, los cachondos han sacado una bicicleta estática, por si algún viandante se anima. En algunos giros, debido a la cantidad de gente, se hace necesario echar el pie a tierra, y hay que esperar para poder girar.

Seguimos por Bravo Murillo, que como pica un poquillo para arriba, el homo polvorancus se desmelena, mete un piñón más y va dejando atrás a todos esos domingueros :-). Y llegamos todos juntos a Plaza de Castilla. ¡Y menos mal, porque había que pedir hora para acercarse al monumento! Aún así, nos hacemos hueco, llegamos hasta el monumento y nos hacemos fuertes a su alrededor, mientras el gentío de la marcha nos miraba con cara de pocos amigos: ¡yo también he quedado ahí con mi padre, mi abuelo, mi abuela y la vecina, y esos tíos no me dejan acercarme! ¡¡¡Arrrggg!!! Fotos de rigor, momento plátano para reponer fuerzas y alguno estuvo a punto de acercarse a la churrería a desayunar como Dios manda, pero al final se recató, que la grasita luego se pega a los michelines...

Emprendemos marcha por Mateo Inurria hasta Pío XII. Aquí nos damos cuenta que la rueda trasera de elcuri tiene una forma un tanto indescriptible, porque a eso no se le podía llamar redonda. Lleva la cubierta rajada, con un buen huevo en la rueda. ¡Qué mal está este asfalto, coño!, decía elcuri, y Chelero seguía animándole a que esa rueda le aguantaba todo el invierno, (risas). Ya pronto giramos en Alberto Alcocer para bajar a Castellana. Y aquí el éxtasis: ¡menudo gustazo es bajar el Paseo de la Castellana sin coches! Hasta la Plaza de Colón, giro por Goya y subida a Principe de Vergara, y en la confluencia con Alcalá nos despedimos de la fiesta de la bicicleta de Madrid 2013: decidimos bajar por Alcalá para inmortalizarnos en su Puerta, y seguir hacia Cibeles y la Puerta del Sol.

Nueva parada para las 'arretratauras' junto a Oso y el Madroño, donde unas simpáticas japonesas cargadas de teléfonos móviles de última generación y gadgets varios, cogen la reliquia de la cámara de blogger, que no saben casi ni cómo se usa, pero nos sacan muy guapos.

Se reemprende la marcha: calle Mayor, Cuesta de la Vega, Virgen del Puerto, Glorieta de San Vicente y de nuevo a la CdC. Aquí nos despedimos de Biker-Nass y su hija: el bueno de Biker-Nass nos dice que si su hija va cansada, que si son muchos kilómetros para ella, que la pobre no está acostumbrada... Atenea26 le miraba con cara de "papá, no tengas morro". Besos, abrazos, despedidas, ...

El resto continuamos de vuelta hacia Alcorcón. Y como la velocidad media de la jornada había estado por debajo de 5km/h, alguno dice ¡hay que recuperar, que no se diga! Saca la corneta y toca a paso ligero. ¡A correr se ha dicho! Devoramos los kilómetros como si nos persiguiera el demonio (y como yo a estas alturas iba el último, doy fe que no nos perseguía nadie). ¡Cómo han subido la cuesta de la risa! ¡Si hasta nos han parado los picoletos por exceso de velocidad, y cuesta arriba!